- Perdemos de vista los estados de ánimo y de las emociones de la otra persona o grupo.
- Nos enfocamos en el pasado o en el futuro, ignorando lo que ocurre en el presente o aquí y ahora.
- Dejamos que el Coachee divague y se enrede en sus propias conversaciones por falta de foco.
- Intentamos controlar la dirección de las conversaciones en vez de acompañar al cliente o grupo.