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La Presencia en el Coaching

¿Qué es la Presencia?   El diccionario de Merriam-Webster define presencia como «la cualidad de desenvolverse y efectividad que permite al sujeto conseguir una relación más cercana con su público.» Estas habilidades de desenvoltura, efectividad y conseguir una conexión cercana al interactuar son recursos especialmente importantes para Coaches, entrenadores, jefes y comunicadores profesionales de cualquier ámbito. Dicho de otro modo, además de estar presentes debemos trasladarle esa misma sensación al Coachee. ¿y cómo se hace eso? Haciendo que el Coachee se sienta acompañado y escuchado de forma genuina.   ICF define la presencia como «la capacidad de estar plenamente consciente y de crear una relación espontánea con el cliente, utilizando un estilo abierto, flexible y seguro». Y añade que debe contener los siguientes ingredientes:

  • Gestualidad.
  • Dejarnos sentir la emoción.
  • Usar la tonalidad de voz, silencios.
  • Se debe tener una actitud transparente.
  • Creer en la intuición.
  • Abierto a no saber, mezclado con curiosidad genuina.
  Silencio   Para el Coach, el silencio consiste básicamente en saber cómo permanecer callado, sabiendo cómo evitar intervenir en el «discurso» del Coachee sin hacer preguntas y evitando también expresar sentimientos o reacciones. El silencio del Coach crea un espacio en el cual el Coachee puede desvelar su estructura de referencia y explorar su territorio personal. De forma parecida a una bomba de aire, el silencio crea un vací­o que servirá para «aspirar» la expresión del Coachee, lo que desvelará sus reflexiones y su discurso.   Al inicio de tus prácticas como Coach verás que este punto es difí­cil. Los silencios son incómodos para todo el mundo, cundo no, agresivos. Hay que practicarlos para darse cuenta de que la mayor parte de veces permiten que el Coachee profundice más en sus pensamientos.   Cuando el Coachee termine una frase y se calle, prueba de seguir callado con presencia, que él note que estás ahí­, con el cuerpo, con la mirada, como si la pregunta no hubiera sido contestada del todo. Verás que muchas veces ocurren cosas y el Coachee conecta con algo interno que no estaba tan claro al principio.   Escucha   Después de estar simplemente en silencio, la segunda habilidad fundamental del Coach es escuchar realmente. La escucha es un arte que consiste en acoger activa y cálidamente, comprender y aceptar las ideas y modelos de pensamiento del Coachee, sus emociones, reacciones, afirmaciones, dudas, etc., tal y como son. La escucha no consiste en estar de acuerdo o en desacuerdo. Tampoco juzga ni compara. Es simplemente «acogida».  
El lenguaje corporal es una gran fuente de información sobre todo para ver la coherencia entre el mensaje hablado y el no verbal.
  Lenguaje corporal   El lenguaje corporal ofrece al Coach numerosas señales fí­sicas o instintivas de una presencia activa y receptiva del Coach o, por el contrario, de su desinterés. Por tanto, es útil que sepas que la mayoría de tus Coachees sabrán de forma intuitiva o natural cuando estás o no escuchando atentamente, o cuando estás o no plenamente presente e involucrado en tu diálogo con ellos. Cuando se produce una breve ruptura en la atención del Coach, el Coachee sentirá la «ruptura» en la relación y se descentra de su diálogo personal. Esta conciencia instantánea del nivel de la presencia la siente el Coachee a través de algunas señales fí­sicas que el Coach frecuente e inconscientemente emite mientras escucha con aparente atención.   Por tanto, el Coach debería hacer un inventario de estas señales fí­sicas con el objetivo, no de aprender a controlarlas o a fingirlas sino de conocer su significado y, al escuchar al Coachee, dejar que estas señales de presencia fluyan apropiadamente y con naturalidad sin poner obstáculos. Cualquier esfuerzo consciente para «mostrar» estos fenómenos naturales será frecuentemente percibido por el Coachee como superficial o falso. Esta habilidad puede ser adquirida con la práctica.   Así­ mismo, debes observar que el lenguaje corporal tanto tuyo como del Coachee, cambia sutilmente si la conexión es más profunda con la acción, con la emoción o con el raciocinio. Por ejemplo, y de forma generalizada, cuando se está en un estado más emocional, los gestos suelen ser más suaves, lentos, redondos. Cuando se está más conectado con la acción, más bruscos e instintivos, hasta agresivos. Y cuando son más racionales, a veces las manos incluso retratan la estructura de o pensamientos.   Postura   En general, la postura correcta del Coach para una escucha activa es permanecer sentado o de pie con la espalda recta. Dicho esto, no obstante, hay que indicar que la postura corporal se puede adaptar a la posición del cliente o a su movimiento como si fuese un baile en lo que PNL llamamos rapport.  Hay que tener muy en cuenta este punto. Debes pensar en todo momento qué está expresando tu postura. Si no tratas de ser muy conscientes de la postura que adoptas en todo momento lo que suele pasar es que a través de ella expresarás lo que te pasa con el Coachee.   Hay que destacar que, aunque se dice que el Coach debe estar libre de juicio, centrado, sin dialogo interno, etc. ¡aun somos humanos! y nos pasan cosas cuando tenemos un Coachee delante, y más al principio. Entonces, es lí­cito que desde un punto de vista personal nos pasen cosas y debemos saber identificarlas y tratar de reconducirlas, pero mientras lo hacemos, nuestro cuerpo y nuestra postura habla por nosotros. Por ejemplo:  
  • Cuando no nos interesa lo que nos está contando, solemos torcernos, cruzarnos de piernas, tumbar el cuerpo mirando hacia otro lado, o simplemente deslizarnos hacia abajo cada vez más.
  • Cuando queremos salvar al Coachee solemos inclinarnos hacia él, tocarlo, decirnos a nosotros mismos que él necesita contacto.
  • Cuando nos enfadamos porque no actúa, también reaccionaremos de forma corporal a ello, cada uno a su manera.
 
Para estar presente, el Coach debe calibrarse a sí­ mismo varias veces durante la sesión con su Coachee para verificar el estado de su atención, respiración, discurso no verbal, etc.
  Contacto de la mirada   En una relación cara a cara, el coach que escucha atentamente mantiene de forma continua un estrecho contacto visual con la mirada del coachee. Esta habilidad refleja una atención centrada en el cliente y contribuye a desarrollar la relación.   Este fenómeno de la comunicación ocurre de forma muy natural entre dos personas que simplemente están juntas concentradas intensamente en el contacto de la mirada y permitiendo que sus cuerpos actúen de forma natural. Nada de esto puede hacerse de forma consciente. Cuando una de las dos personas rompe la atención, ambas lo sienten de forma intuitiva e instantánea.     Asentimiento   Casi todo el mundo sabe que asentir con la cabeza de forma natural en consonancia con las palabras de otra persona indica presencia y aceptación. Este tipo de asentimiento sincronizado que acompaña al discurso del cliente es también una forma de puntuación que muestran los facilitadores/as mientras escuchan. Este movimiento de la cabeza significa «estoy contigo, continúa». No obstante, hay que tener cuidado: un asentimiento excesivo podría ser percibido como una caricatura de la «postura de escucha».   El asentimiento es parecido al «ahá» o «si..» que invitan a continuar con lo que está diciendo nuestro interlocutor.   Repetición de la última palabra o frase   Es posible utilizar otras herramientas o habilidades ligeras o fáciles para hacer más fluida la conversación. Una de las técnicas más simples es repetir la última palabra o grupo de palabras, añadiendo a la repetición la entonación de una pregunta. Por ejemplo:  
  • Coachee: «Me estoy cuestionando esta decisión y estoy buscando nuevas opciones.
  • Coach: «¿Nuevas opciones?
  Repetición de palabras clave   Una técnica o habilidad parecida a la anterior es la repetición de una palabra clave utilizada por el cliente en su discurso con un tono interrogativo, lo que frecuentemente hará que éste reflexione sobre esa palabra clave, explorando sus pensamientos con algo más de profundidad. Por ejemplo, si un coachee dice:  
  • Tengo muchas dudas sobre qué camino elegir.
  • El coach podría simplemente repetir una palabra clave con tono interrogativo:
  • ¿Dudas?
  Recuerda que el punto de vista, percepciones o interpretaciones del coach no son realmente importantes, a menos que sirvan para el progreso del coachee en su propio marco de referencia, términos y ritmo.   Preguntas sobre las palabras clave   Otra técnica para conseguir el mismo resultado del coachee es que el coach formule la pregunta completa mediante la técnica de la «repetición» de la palabra clave. En el anterior ejemplo, el coach podría preguntar al cliente:  
  • ¿Puedes hablar más sobre tus dudas?
  • ¿Puedes indicar a qué te refieres cuando dices camino a elegir?
  • ¿Puedes ponerme un ejemplo de…?, etc.
  En numerosas culturas de todo el mundo, el refuerzo positivo es considerado como un apoyo y motivación para fomentar el desarrollo saludable y el crecimiento. En consecuencia, cuando sea posible (aunque no de manera excesiva), el coach puede ofrecer al coachee comentarios positivos de apoyo y validación.   A continuación, se muestran algunos ejemplos:  
  • Buen trabajo. Pareces haber llegado a un asunto importante
  • Te felicito por tu trabajo y los resultados conseguidos
  • Admiro tu honestidad contigo mismo
  • Estás realmente mostrando un gran coraje
  • ¡Me encantan tus puntos de vista! Eres muy creativo en tu búsqueda de soluciones
  • Estás progresando mucho en este asunto
  • ¡Esto parece importante para ti!
  Huelga decir que estos comentarios de refuerzo positivo son mucho más efectivos si el coachee no se siente juzgado y si son ofrecidos honesta y espontáneamente por el coach en el momento oportuno y por la razón adecuada. Estos comentarios han de ser plenamente auténticos y nunca deberín ser paternales.   Pero también en esta habilidad hay que ser cuidadoso puesto que, en algunas culturas, un refuerzo positivo excesivo o un tono de voz muy empático al hacer comentarios puede ser considerado como una manipulación o una forma de hipocresí.   Pedir permiso El coach efectivo respeta el espacio del coachee para que hable de sus cosas. De la misma manera en la que se debe llamar a la puerta antes de entrar en la habitación de alguien, un coach puede pedir permiso antes de introducirse en la estructura de referencia del coachee.  
  • ¿Puedo interrumpirte?
  • ¿Puedo hacerte una pregunta?
  • ¿Puedo expresar mi percepción personal?
  • ¿Puedo decirte cómo me siento?
  • Me gustaría decirte lo que pienso, ¿puedo?
  • ¿Podría hacerte una pregunta desafiante sobre este asunto?
  Estas muestras de respeto frecuentemente intensificarán la percepción del coachee de que dispone de su propio espacio de reflexión o de que su progreso depende de sí­ mismo.   Pedir permiso es una habilidad que también beneficia al propio coach. Cada vez que solicita al coachee permiso para «entrar», este proceso le recordará que intervenir en el trabajo de apertura del coachee debería ser algo poco frecuente, breve y estratégico.   Recuerda: el pedir permiso sirve para que el coachee pueda tomar su ritmo a la hora de entrar en según qué temas delicados o molestos para él   Invitaciones   Otra habilidad respetuosa consiste en invitar al coachee a asumir la responsabilidad en este trabajo, frecuentemente mediante una pregunta que busca obtener una respuesta afirmativa del coachee. «¿Estás preparado para iniciar la sesión?», podría ser una manera amable de comenzar un proceso de acompañamiento cuando el coach verdaderamente siente que el coachee está preparado.  
  • ¿Cómo quieres empezar?, es una invitación abierta para que comience a hablar.
  • ¿Quieres hacer una breve pausa?, puede llevar al coachee a reconocer la necesidad de ampliar su perspectiva tras un intenso trabajo.
  • ¿Estás preparado para trabajar en un plan de acción?, podría ser una forma de sugerir al coachee buscar otro enfoque o camino.
  • ¿Podemos ir ya concluyendo sobre este asunto?, es una forma amable de recordar al coachee que la sesión está llegando a su fin, por lo que debería centrarse en concluir.
  Expresión de sentimientos   Esta habilidad empática consiste en que el coach comparta sus sentimientos con el coachee. Por ejemplo:  
  • Me ha llegado a lo más hondo lo que acabas de decir
  • Admiro la forma meticulosa en la que diseñas tus planes de acción
  La expresión de una emoción intensa o admitir un sentimiento difí­cil también pueden contribuir a controlar la situación a nivel más personal.   La verbalización o expresión de emociones es una forma de tomar cierta distancia de ellas, lo que puede ayudar al coach a volver a centrarse en el coachee y en el proceso que está viviendo. Pero no solo eso, expresar las emociones que nos llegan de él, permite al coachee que tome consciencia de emociones no conscientes a nivel racional, por ejemplo, cuando el coachee habla sobre una situación determinada y comenta que todo está bien y no obstante a ti te llega muy distinto. Siempre le puedes decir:  
  • No se si será solo mi impresión, pero a mi me llega con tristeza, molestia, enfado: ¿crees que podría haber algo de esto?
  • Lo que me dices, me llega con enfado, tristeza, molestia:
  Reformulación   La reformulación consiste en volver a expresar con las propias palabras una idea compleja o extensa desarrollada por el coachee y, después, preguntarle sobre la exactitud de la respuesta. Hemos de ser cuidadosos pues esta habilidad requiere precisión y la capacidad de utilizar palabras o expresiones similares para no repetir como un loro las mismas frases del coachee.   Al igual que ocurre con otras habilidades mencionadas anteriormente, antes de la reformulación el coach debería pedir permiso al coachee y después debería preguntarle si el feedback o la respuesta son razonablemente correctos.   Esta técnica o habilidad es más útil, y en ocasiones más efectiva, cuando tanto el contenido como el tono reflejan una profunda comprensión de la estructura de referencia del coachee.   Un ejemplo de este caso podría ser la siguiente conversación:  
  • Coachee: mi pareja es muy desordenada, además no suele comentarme donde deja las cosas ni por supuesto acordarse ¡claro! y eso suele convertirse en un desastre, ya que no encontramos nunca las llaves del coche cuando las necesitamos, ni el mando de la tv ni por supuesto el móvil. Podemos dedicarle una media hora al día en buscar cosas perdidas dentro de casa. La verdad es que me lo tomo a broma, pero:
  • Coach: Si me permites, solo para ver si lo he entendido: ¿soléis dedicarle una buena media hora al día para encontrar objetos perdidos, solo dentro de casa?
  Humildad   A la hora de utilizar algunas de las habilidades mencionadas, como la reformulación del discurso del coachee, expresión de sentimientos o aportación de percepciones, el coach debería recordar que está entrando en el territorio personal del coachee. Estas intrusiones requieren respeto y una actitud plenamente humilde. Algunas maneras de introducir un punto de vista, una reformulación o una percepción, al tiempo que damos al coachee la oportunidad de rechazarla podrín ser:  
  • Podría estar equivocado, pero:
  • No estoy seguro de tu comentario, pero:
  • No sé si te he entendido bien, pero:
  • No estoy seguro de estar siguiéndote, pero:
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